EL ESPIRITU SANTO EN LA BIBLIA.
La Biblia no nos
da ninguna definición del Espíritu. No le interesa presentar “la esencia” o
hablarnos filosóficamente de su identidad. La Biblia muestra al Espíritu como
algo viviente, como fuerza de Dios en la Historia, como viento (ruaj, pneuma ), aliento fecundante,
presencia divina.
En el AT el
Espíritu aparece en el Génesis como fuerza creadora. Es fuerza liberadora que
irrumpe en las personas de los Jueces y de los Profetas. Y es fuerza
escatológica que anuncia y va creando espacios escatológicos (Joel, Isaías,
Ezequiel).

En el NT el
Espíritu está en el origen de la encarnación de Jesús. Llena a Jesús desde el
inicio de su ministerio público para anunciar la Buena Nueva a los pobres. Y
está en la Pascua y Pentecostés dando a luz a la Iglesia.
Es Espíritu es el
protagonista, el arquitecto de la Iglesia. Es el Abogado, el Consolador, el
Recordador, el Maestro, el que da Fortaleza en los conflictos y cruces. Es el
que teje la unidad eclesial del Cuerpo, el que suscita carismas para
edificación de la comunidad. Es el que suscita la fe, el que nos da vida nueva,
el que nos hace esperar al Esposo.
Todas estas
maravillas del Espíritu, inmerso en la Historia, tienen la terca y amorosa
finalidad de restaurar, pro-vocar, construir el Sueño-Proyecto de Dios,
encarnado en Jesús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario